Responsabilidad por intoxicación con alimentos

Al ingerir alimentos contaminados, el responsable de su enfermedad podría ser cualquier persona que forme parte de la cadena alimentaria. Es decir, los restaurantes, productores, proveedores o distribuidores. Son ellos quienes serían los recipientes de una demanda de responsabilidad de producto, ya que un alimento es considerado un producto y si usted enfermó al ingerirlo, será considerado como producto defectuoso y que causó un daño al consumidor.

Una intoxicación alimentaria puede ser causante de síntomas leves pero muy molestos como vómito, diarrea, dolor estomacal, fiebre o náuseas. Sin embargo, además de estas molestias, la enfermedad puede agravar a la víctima, causando otros síntomas fuertes como vómito con sangre, deshidratación, dolores extremos o problemas neurológicos (visión borrosa o debilidad muscular). En estos casos, será importante acudir a un médico de inmediato ya que este tipo de infecciones puede llegar a causar incluso la muerte.

Las demandas que usted pueda presentar relacionadas con la responsabilidad de producto podrán ser consideradas así debido a una negligencia o una falla de responsabilidad estricta.

La negligencia se da cuando alguna persona de la cadena no manejó correctamente el producto o no tuvo el cuidado que debía al momento de almacenar, producir o cocinar. Por otro lado, la responsabilidad estricta se da cuando el producto es vendido o distribuido en condiciones altamente peligrosas para el público.

Probar que usted ha sido víctima de una intoxicación alimentaria debido a un producto específico puede ser complicado debido a que los síntomas pueden tardar algunos días en presentarse. Para poder probar la culpa del responsable, es posible que usted deba realizar una prueba de heces para identificar la bacteria que provocó la infección y que los alimentos intoxicados la contengan también.

Al tener las pruebas suficientes, usted podrá presentar su demanda para recibir la compensación que merece. Los responsables deberán pagar cualquier gasto hospitalario, medicamentos, consultas, y otros gastos que puedan resultar de la enfermedad provocada por los alimentos infectados.